Vivencias
Durante el recorrido de la zona semidesértica del valle
del mezquital, en la comunidad de Ocotza, Villagrán del municipio de Ixmiquilpan
Estado de Hidalgo, una pequeña Sociedad Cooperativa Pesquera “La Coralilla” nos
cuenta a quienes lo visitamos sobre el desarrollo local de los contrastes de su
paisaje, así como el esfuerzo cotidiano del pueblo hñahñu quien es conformado
por 8 socios indígenas hñahñus de los cuales 4 son mujeres y 4 hombres. La
cooperativa “la coralilla” es un terreno desigual donde se observan tierras secas,
milpas de riego para cosechar forraje, aprovechando las aguas residuales de la
ciudad de México para llevarlo a cabo. En la cooperativa se encargan de la
administración y producción de algunos peces como la tilapia, mojarra y carpa
que son el atractivo para todo publico que visita este lugar, así como su
pequeño restaurant donde nos ofrecen platillos a base de pescado, este es una
gran opción para que las familias pasen un buen rato este lugar.
Aspectos ambientales
Kuo establece la relación entre la
naturaleza y la salud en los humanos haciendo una analogía con los animales:
"Así como las ratas y otros animales de laboratorio que viven en ambientes
ajenos a su hábitat sufren alteraciones y trastornos que afectan a su
funcionamiento social, a las personas les ocurre lo mismo".
Entre las conclusiones de sus
investigaciones, destacan observaciones como que “en los entornos más verdes
nos encontramos con que la gente es más generosa y más sociables. Encontramos
fuertes lazos de vecindad social y un mayor sentido de comunidad, más confianza
mutua y la voluntad de ayudar a los demás.
En cambio, en puntos donde hay menos zonas
verdes, hemos comprobado que el índice de violencia, las acciones criminales y
los delitos contra la propiedad - incluso después de controlar los ingresos y
otros factores influyentes- son mayores. A todo ello hay que sumar que,
"en estos ambientes, las personas sufren más soledad y cuentan con menor
apoyo social”, matiza Kuo.
Los investigadores han expuesto una serie
de conclusiones con las que se reafirman los beneficios de la naturaleza. Por
ejemplo, señalan que el contacto directo con entornos naturales contribuye a un
mayor rendimiento y produce un mejor funcionamiento cognitivo, además de
potenciar más la autodisciplina y el control de los impulsos. En definitiva,
proporciona una mayor salud mental.
Por el contrario, aquellas personas que no
conviven con la naturaleza tienden a sufrir déficit de atención y síntomas de
hiperactividad, sugirió un estudio previo, así como mayores tasas de trastornos
de ansiedad y depresión.
” Si estos datos no son lo suficientemente
convincentes”, dice Kuo, “lo es el hecho de que los impactos de los parques y
entornos verdes en la salud humana van más allá de los beneficios psicológicos,
porque ofrecen beneficios también para la salud física”.
Existen múltiples estudios que relacionan
naturaleza-salud humana. "Los investigadores han estudiado los efectos de
la naturaleza en muchas poblaciones, de tipologías muy distintas. Por ejemplo,
han observado a habitantes de Chicago residentes en edificios altos, con un
árbol o dos y zonas ajardinadas fuera de los edificios donde viven; a
estudiantes universitarios expuestos a presentaciones de diapositivas de
escenas naturales mientras estaban sentados en clase; a niños con trastorno por
déficit de atención, a personas de la tercera edad en Tokio con diferentes
grados de acceso a calles peatonales verdes, y a voluntarios de clase media que
pasan sus sábados reconstruyendo ecosistemas de pradera, por nombrar algunos
colectivos”, enumera Kuo.
La investigadora señala que “los estudios
no han consistido, simplemente, en confiar en lo que los participantes en la
investigación informen acerca de los beneficios que para ellos tiene la
naturaleza sino que dichos beneficios se han medido, objetivamente, con datos
como los de informes sobre delincuencia de la policía, como los de análisis de
la presión arterial, como los del rendimiento en pruebas neurocognitivas
estandarizadas o como los de mediciones fisiológicas de funcionamiento del
sistema inmune".
"Los científicos están teniendo en
cuenta los ingresos y otras diferencias en sus estudios. Así que la pregunta ya
no es si las personas que viven en barrios más verdes tienen mejores resultados
de salud, que los tienen, sino más bien la cuestión se ha convertido en si las
personas que viven en barrios con zonas verdes tienen mejores resultados de
salud cuando se tiene en cuenta la renta y otras ventajas asociadas. A esta
pregunta la respuesta es igualmente afirmativa”, concluye Kuo.
Debido a la fuerte relación entre
naturaleza y salud, la investigadora alienta a los encargados a trazar la
arquitectura de las ciudades y a diseñar comunidades con más espacios verdes
públicos, no como meros elementos decorativos sino como componentes vitales,
claves para la promoción de la salud, la amabilidad, la inteligencia, y la
eficacia de la población.
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